Aprender claves de cómo discutir con tu pareja, puede ayudarte a resolver temas pendientes que de no hacerlo se vuelven grandes problemas, es por ello que hoy te brindo 7 consejos, no exclusivos, pero que pueden ayudarte a negociar mutuamente.

Las divergencias, los puntos de vista opuestos que generan controversia son más que normales en la relación de pareja. Es de natura porque ambos miembros llevan a cuestas una historia personal, valores, experiencias, etc. que pertenecen sólo a uno y que hay que aprender a conciliar.

Así tarde o temprano se presentarán momentos de desacuerdo con las consecuentes discusiones; éstas pueden ser procesos de adaptación necesarios en la pareja, tanto al inicio —cuando se están conociendo— como cuando ya es una relación estable, ya que las personas cambiamos a lo largo de la vida. Incluso, se pueden tomar estas treguas a las que le siguen las reconciliaciones, que suelen gustarnos mucho puesto que son pequeños clímax en las manifestaciones de afecto.

Pero discutir no tiene que llevarnos a un pleito, mucho menos a la agresión y la subsecuente violencia en las que algunas parejas se ven involucradas, dando por resultado daños severos a las emociones del otro, e incluso a veces físicos.

Discutir en pareja tiene sus reglas

Antes de comenzar un “pleito” es mejor que tomemos en cuenta que la mayor parte de las veces que discutimos con la pareja es por asuntos transitorios que se enfocan a detalles cotidianos y que ponen de manifiesto lo que cada uno de nosotros pensamos, creemos o sentimos del tema; pero que no son asuntos personales. A menos que los temas sean realmente trascendentes y de profundidad, que pudiese atentar contra la misma solidez de la pareja, la mayor parte del tiempo discutimos por cosas fútiles.

Y es donde debes poner atención, porque muchas veces el tema no es de importancia, pero sí lo es el control que queremos tener sobre la situación. En muchas ocasiones discutimos por practicar un juego de poder en el que ninguno de los dos puede ganar, porque de eso no se trata la vida en pareja.

Si vamos a poner reglas a la discusión comencemos:

1. Considera el motivo de la discusión: ¿Realmente el tema que tratan los lleva a conciliar asuntos diferentes para que a la postre haya acuerdos y pactos? Si no es así, si el tema sólo es discutir por discutir, tendrás que redimensionar el asunto y las ganas de pleito.

2. Oportunidad: No te precipites al comenzar una discusión nada más porque tienes ganas de pleito; ni seas reactivo(a) frente a los hechos: es decir no reacciones de forma condicionada y explosiva. La mayoría de las veces precipitarse para iniciar una discusión nos lleva a la ofensa, a los comentarios viscerales; a dejarnos llevar por la emoción momentánea y no la razón.

De igual manera, no guardes las cosas, no esperes a que te pregunten si estás enojado, enojada. Guardar los sentimientos y asuntos por tratar puede generar el mismo efecto que cuando te precipitas: serás como una olla exprés que de tanta presión tenderá a explotar y ser hiriente, e incluso a traer cosas del pasado o temas que no están vinculados.

Asimismo, ser oportuno permite que la pareja esté en disposición de conversar. No inicies, por ejemplo, la plática cinco minutos antes de que él, o ella, tengan que salir al trabajo; seguramente no estará nada receptivo(a).

Para discutir un tema, hagan una cita, eso les dará tiempo a “enfriarse” y a considerar bien lo que quieren decir y obtener del otro.

 3. Cada tema a su tiempo. Por lo que te menciono anteriormente, evita mezclar temas. Solemos traer a la mesa de discusión temas del pasado, o incluso suposiciones de cosas que sólo están en nuestra cabeza pero que no han sucedido. Las mejores discusiones pueden darse cuando se trata un tema de forma ordenada, de principio a fin, y se da una resolución; ya luego se trata el siguiente y así de forma sucesiva.

4. Aprende comunicación: Se asertivo y también practica la escucha activa. Es muy importante la empatía con tu pareja para que puedas vislumbrar desde su mundo cómo podría estar experimentando él, o ella, el momento. Tal vez para tu pareja no es significativo el tema, o es más de lo que significa para ti.

Si deseas más elementos de cómo tener una conversación con asertividad, no te pierdas “15 cosas necesarias para comunicarte en pareja”.

5. Analiza tus actitudes y trata de moderarte: Tal vez eres de los o las que se apasionan cuando discute, y eleva la voz, o utiliza palabras altisonantes; quizá cuando discutes lloras de rabia o por llamar la atención. Esas expresiones histriónicas tal vez no ayuden mucho a una conversación que busque acuerdos; pueden parecer agresivos o actos de manipulación emocional. Procuren expresarse de la manera más serena y clara posible.

6. Condesciende. Si crees que en el pleito se te va la vida porque “vas perdiendo” lo que en realidad está pasando es que sólo están desgastando la relación y quizá hasta puedan lastimarse mutuamente. Recuerda que no tienes que ganar, que incluso si el otro la tiene, puedes dar la razón sin que eso signifique una derrota. Como te dije anteriormente, no estás en una competencia, sino en una relación entre dos personas que pueden hablar de igual a igual.

7. Firmen la Paz. Una vez que han agotado el tema de la discusión pueden “firmar un tratado de paz” en el que quede estipulado de forma clara y puntual los acuerdos a los que llegaron, especialmente si tienen que ver, por ejemplo, los quehaceres de la casa, o las finanzas familiares, incluso de la crianza de los hijos.

Firmar este acuerdo, permitirá ver con mejor perspectiva qué es lo importante para ambos, qué están dispuestos a hacer para que funcione, y recordarlo para que el tema no vuelva a ser asunto de discusión.

Pero si el tema es aún mucho más profundo e inmanejable para ambos o para alguno de los dos; donde se cree que los vínculos se están estropeando demasiado, lo mejor es acudir a un especialista y hacerse de herramientas para salvar la relación o entablar un proceso de separación saludable. Ya sea con un CURSO para PAREJAS o una terapia psicológica de pareja.  

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