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Cómo darle sentido a tu vida otra vez, justo en ese momento que sientes que has perdido el rumbo, es una tarea que sólo tú puedes hacer. Cada uno de nosotros está en la vida con una finalidad, y muchas veces tiene que ver con aquello que nos hace sentir plenos. Sin embargo, lograrlo debe comenzar con una reflexión respecto al motivo por el que hemos perdido ese sentido.

¿Por qué se pierde el sentido de la vida?

Debajo de esta pérdida puede existir un agotamiento extremo, como el Síndrome de Burnout; o cuestiones más profundas como la depresión y la distimia, factores que también nos hacen perder el interés por las cosas o actividades que antes disfrutábamos. El duelo y las crisis de edad, también pueden ser motivo de ello.

El sentido de la vida se desvanece cuando perdemos las metas, ya sea porque algunas de ellas no se han logrado o porque nos parecen, ya, irrealizables. Así, la insatisfacción, la frustración y el desencanto nos encaminan a un cambio anímico que puede dar lugar a este sinsentido existencial.

La desesperanza de ver las metas no cumplidas y sentir que nada marcha como lo planeamos, nos lleva a perder la fe en que el futuro será mejor o diferente. Surge así el cuestionamiento: ¿para qué seguir si nada sale como se planeó? Y ello puede ser motivo a una decaída anímica que termine en la pérdida del sentido de la vida.

¿Qué es el sentido de la vida?

El sentido de la vida está en hallar un propósito, en asumir una responsabilidad para con nosotros mismos y nuestro entorno. A través de él, intentamos darle un porqué o un para qué a nuestra existencia.

Viktor Frank, autor de El hombre en busca de sentido y quien concibió la logoterapia, nos dice que el sentido de la vida es la respuesta a un ¿para qué?  Asimismo, el sentido de la vida es personal, no es el mismo para todos, y somos nosotros quienes debemos de encontrarlo, asumirlo y realizarlo.

¿Cuál es la consecuencia de perder el sentido de la vida?

Si bien todos requerimos darle un sentido a nuestra vida, perderlo nos desmotivará, nos hará sentir perdidos o sin rumbo; generará apatía o abulia. Y es que el sentido de la vida es lo que le da significado y ayuda a encontrar un soporte interno a la existencia.

Cómo darle sentido a la vida

No entres en pánico, ni te dejes llevar por la apatía: es importante que tengas un sentido; y estos ejercicios pueden ayudarte.

Para encontrar tu propio sentido en la vida, puedes cuestionarte o responder a algunas preguntas esenciales:

  1. ¿Qué es eso por lo que no temerías o no te importaría sacrificarte?
  2. ¿Cómo te imaginas en cinco años, cómo sería tu vida?
  3. Si pudieras hacer cualquier cosa sin sentir miedo, ¿qué harías?
  4. Y si supieras que no vas a fracasar: ¿qué te atreverías a hacer?
  5. ¿Cuáles son tus talentos? No importa cuán insignificantes te parezcan o no lo consideres, tómalo en cuenta y anótalos.
  6. Si pudieras hacer la actividad que tanto deseas, una y otra vez, aunque no te pagaran por ello, ¿qué sería?

Estas preguntas básicas, o similares, pueden empezar a darte indicios de lo que daría sentido a tu vida. Aquello a lo que pudieras entregarte por completo y para siempre, puede darte una idea de hacia dónde vas.

Fíjate una meta: una vez que vayas esclareciendo el motivo de la pérdida de sentido y quizá hayas identificado por qué te sucedió. Luego de responder a preguntas elementales, es momento de fijarte una meta que se vincule a lo que, de ti, has analizado.

Plantéate conquistar algo, lograr cierto reto, tener un objetivo alcanzable. Escribe tus metas y mantenlas cerca de ti para consultarlas en cualquier momento por si te vuelves a sentir perdido.

Cambia tu pensamiento respecto a tu profesión, tu pareja, tu vida familiar o aquello que creas que te acompaña en el sinsentido.

Haz pequeños cambios en tu vida si ésta no termina de complacerte.

Pide ayuda, pues si de inicio no logras recuperar el sentido de la vida podrás caer en depresión. Para encontrar el significado de tu vida, es probable que se requiera mucha autorreflexión, lo que a veces puede ser aterrador o doloroso a nivel emocional. Ten en cuenta que esto forma parte del proceso. Si te cuesta trabajo hacerlo, puedo guiarte. JORGE DOMINGUEZ>>

 

 

De Frente a la Vida |CONTIGO

 

Curso impartido por Jorge Domínguez.

 

La comprensión de sí mismo es un acto obligado. Tal y como aprendimos a caminar, a hablar, a comprender el entorno y su funcionamiento, así mismo es necesario comprender nuestras herramientas tanto con las que hemos nacido como aquellas que con el tiempo se han desarrollado y adquirido.

 

Conocer quién eres y como funcionas, te abre a una riqueza inimaginable para mantener tu mente, tus emociones y tus actos en congruencia, en un estado de salud continuo tanto emocional, físico y psicológico. Te convierte en una mejor versión de ti mismo y es ahí que radica tu fuerza vital.

 

Basar tu experiencia de vida y tu bienestar en la ignorancia de ti mismo te condena a los peores males de tu existir.

 

Es importante comprender que vivimos en el sótano lúgubre de una maravillosa y resplandeciente mansión. A la cual pocas veces, o tal vez nunca, hemos podido conocer sus jardines y sus extraordinarias habitaciones. Para tener acceso permanente a toda nuestra mansión, es primordial conocer nuestra ubicación y la existencia de nuestras capacidades.

 

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