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¡Háblate bonito! En este artículo te explico porque debes cambiar tu diálogo interno y cómo hablarte afectivamente.

Somos los más mordaces jueces de nosotros mismos, pareciera que vamos por la vida con una lupa con el fin de que ninguna falla se nos escape. La identificamos, la señalamos, la nombramos y, peor aún, nos recriminamos por ella.  

¡Pero si estoy hecha un tonel! ¡Mira que seré un idi0ta! ¡No sirvo para nada! ¡Deberías de comer menos! ¡Qué bien te ves hoy! ¡Hoy será un buen día! ¡Todo estará bien!  

Esto es parte de nuestro diálogo interior. Todo aquello que pensamos y nos decimos al respecto de nosotros mismos y que la mente está escuchando todo el tiempo, sin discriminar si es verdad o ficción. La mente no sabe si “somos idi0tas” de verdad o sólo es una metáfora, porque el cerebro todo lo escucha y todo lo procesa de la misma forma: como una verdad.  

De esta manera, el cerebro que recibe una señala determinada, actúa en consecuencia, sin miramientos porque da por hecho que lo que hemos pensado es una realidad.  

Diálogo interior 

El diálogo interior es el conjunto de consideraciones, suposiciones, reglas, derechos, juicios, expectativas, recuerdos, valoraciones y atribuciones de significados que se activan constantemente en respuesta a los estímulos provenientes del ambiente externo o interno (sensaciones físicas, pensamientos, recuerdos, etc.).  

Según cada quien, se experimenta con diferentes velocidades, tonalidades y matices no verbales acordes al estado emocional que estamos experimentando.  

Este diálogo interior influye en nuestra forma de actuar y nos puede generar miedos, ansiedad, inseguridades; o, por el contrario, animarnos a llevar a cabo las metas que nos hemos planteado (lo mismo si lo deseamos o si son expectativas ajenas).  

Asimismo, el diálogo interior puede afectar el funcionamiento de nuestro cerebro. Tiene un impacto profundo en la manera en que ve el mundo y corresponde a ello, modera entonces nuestra experiencia.  

¿Por qué nos afecta nuestro diálogo interno? 

A pesar de que nuestro diálogo interior nos dice cosas en nuestra mente, nuestro cerebro trata esta habla interna como si fueran palabras pronunciadas en voz alta. Esto es debido porque el área de Broca, la región del lóbulo frontal responsable del procesamiento del habla, está activa en ambos casos: en voz alta y la voz interior.  

Escucharse a uno mismo decir algo en la mente tiene el mismo peso que escucharse decir algo en voz alta. Por lo tanto, cuanto más lo repitamos, este pensamiento tendrá más peso porque lo hemos aceptado como la verdad.  

Es por este motivo por el que decirte repetidamente que estás bien puede hacerte sentir mejor cuando estamos nerviosos. El cerebro escucha decirlo y luego tiene una respuesta fisiológica y hormonal a ese mantra. En consecuencia, las cosas que nos decimos también pueden provocar respuestas de estrés y ansiedad. 

Ahí la causa por la que resulta importantísimo que repensemos en la manera que nos hablamos y comenzar a hablarnos bonito.  

¡Háblate bonito!  

Cambiar el diálogo interno que hemos aprendido a tener no es fácil, es una cuestión de desaprender que requiere tiempo y paciencia, pero que vale mucho la pena por nuestro bienestar y salud mental.  

Aquí te dejo unas claves de cómo comenzar a hablarte bonito: 

  1. Reconocer cuándo nos hablamos feo. En el día a día, hay que analizar cuando se está hablando bien y cuando se habla feo. Debemos mantenernos atentos en lo que nos hace hablarnos de manera negativa, porque ahí está la raíz de la cuestión. 
  1. Cambiar la narrativa. Si nos damos cuenta de que estamos teniendo un diálogo interno negativo, hay que tratar de cambiar esa narrativa por una positiva. En lugar de decir: ¡qué torpe soy, jamás lo lograré! Prueba decir: “Me equivoqué, pero eso está bien, está bien equivocarse y estoy aprendiendo“.  
  1. Repetir afirmaciones. Casi todos tenemos creencias negativas internalizadas con la que nos expresamos constantemente; de igual manera podemos aprender ideas positivas e internalizarlas. Si repetimos esas expresiones bonitas, terminaremos creyéndolas como una realidad porque así funciona la mente. Las palabras que se repiten de manera constante quedan grabadas.  
  1. Hablar como si se hablara a una amiga. Imaginemos que le dijéramos a nuestra mejor amiga, hijo, familiar eso que nos decimos a nosotros mismos. No creo que nos atreviéramos a hacerlo: suelen ser palabras duras, fuertes y hasta hirientes. ¿Por qué sí nos las decimos a nosotros?  

Si nuestros seres queridos tienen un mal día, hacemos lo posible por hacerlos sentir bien. Pues lo mismo deberíamos hacer con nosotros mismos.  

Háblate como le hablarías a…  

  • Un niño: “sé que puede darnos un poco de miedo, pero no estás sola” 
  • La persona que te gusta: “te diré todo lo que me gusta de ti”. 
  • Tu mascota: “puedes equivocarte, pero eso no hará que te ame menos”. 
  • Tu persona favorita: “me la paso tan bien cuando estoy contigo”. 
  • Tu mejor amigo/a: “gracias por entenderme, escucharme y validarme”. 
  • Alguien a quien admiras: “eres admirable, me gusta mucho tu autenticidad”. 

De Frente a la Vida |CONTIGO

 

Curso impartido por Jorge Domínguez.

 

La comprensión de sí mismo es un acto obligado. Tal y como aprendimos a caminar, a hablar, a comprender el entorno y su funcionamiento, así mismo es necesario comprender nuestras herramientas tanto con las que hemos nacido como aquellas que con el tiempo se han desarrollado y adquirido.

 

Conocer quién eres y como funcionas, te abre a una riqueza inimaginable para mantener tu mente, tus emociones y tus actos en congruencia, en un estado de salud continuo tanto emocional, físico y psicológico. Te convierte en una mejor versión de ti mismo y es ahí que radica tu fuerza vital.

 

Basar tu experiencia de vida y tu bienestar en la ignorancia de ti mismo te condena a los peores males de tu existir.

 

Es importante comprender que vivimos en el sótano lúgubre de una maravillosa y resplandeciente mansión. A la cual pocas veces, o tal vez nunca, hemos podido conocer sus jardines y sus extraordinarias habitaciones. Para tener acceso permanente a toda nuestra mansión, es primordial conocer nuestra ubicación y la existencia de nuestras capacidades.

 

Frente a la vida contigo es una herramienta obligada para crear una mejor versión de ti, para continuar expandiendo tu conocimiento en plenitud que desembocan en estados de felicidad continua.

 

Durante las 5 horas estaremos frente a frente con aquello que permitirá: optimizar tus relaciones tanto contigo como con aquellas personas que se encuentran en tu entorno, vivir en estados de mayor plenitud con lo que haces, piensas y sientes. Comprender tus actos, tus pensamientos y tus sentimientos. Conocer las diferentes influencias que ayudan o impiden a que obtengas lo mejor de ti.

 

Dirigido a toda persona que desee realizar una mejor versión de sí misma.

 

 

Durante el mismo horario Laura Zazueta imparte la versión infantil, para los más pequeños de la casa: de 6 a 13 años. Si tienes hijos será una experiencia maravillosa para toda la familia.

¡Es ahora tu momento!

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