Si aprendes cómo dejar de auto insultarte encontrarás un camino de sanación, autoestima y bienestar que te habías olvidado a brindarte a ti misma.
Qué gorda, qué fea, qué tonta, qué inútil, que ridícula… Puedo asegurar que no utilizas estas frases para hablarle a tus seres queridos, pero con frecuencia las usas para ti misma. Nuestro sentido de la autoexigencia y el perfeccionismo tóxico nos llevan tarde o temprano al auto insulto.
Esta actitud hacia nosotros mismos está vinculada a los estilos de pensamiento negativos que he aprendido a tener. Y aunque ello parece inofensivo, puede lesionar de forma profunda nuestra salud emocional.
Autorechazo
Cada día generamos hacia nosotros mismos un ambiente hostil y negativo que viene desde nuestro interior. Al estar frente del espejo nos hablamos con severidad, con rencor y duras ofensas. Y aunque patológico, nos acostumbramos y no advertimos el daño que puede causarnos.
Sin embargo, esta conducta es aprendida y se puede desaprender para sanar las heridas que nosotros mismos nos propinamos.
Aprendemos a etiquetar, señalar y despreciar a quienes no cumplen con expectativas sociales que son altamente exigentes. Tener el cuerpo perfecto según los cánones de belleza de la mercadotecnia; tener notas sobresalientes en la escuela, tener un trabajo altamente remunerado; cumplir con una agenda social (tener pareja, casarse, tener hijos, comprar una casa, tener un perro…).
Se forman en nosotros expectativas como reflejo de las imposiciones sociales y cuando somos incapaces de cumplirlas —ya que la mayoría de las imposiciones son imposibles—, sucumbimos a la frustración, el enojo y la agresividad hacia nosotros mismos.
Automaltrato
¡Increíble! No nos enojamos con a quienes nos impusieron esas normas, sino hacia nosotros mismos… Y es ahí cuando iniciamos el automaltrato.
El automaltrato consiste en actuar contra nosotros mismos con la falsa creencia de que nos lo merecemos, pues en algún momento de nuestra vida lo aprendimos bajo el influjo del maltrato psicológico que recibimos en etapas tempranas.
La falta de conocimiento de nosotros mismos y el poco aprecio o autoestima que podemos tenernos nos lleva a maltratarnos. Y dentro de los primeros signos del automaltrato encontramos las ofensas y las duras palabras que nos proferimos a nosotros mismos.
Escuchamos tantas veces esas etiquetas a las que el mundo recurre para señalar lo que está mal, desde su lugar de dominio, y nos llamamos así porque seguimos el juego del castigo de la cultura dominante.
Las palabras insultantes que nos decimos se definen por razones ocultas en nuestro inconsciente, y es urgente dejar de utilizarlas para evitar más heridas emocionales.
¿Cómo dejar de auto insultarte?
Para dejar de auto insultarnos es necesario comenzar a mirarnos interiormente con forma compasiva y practicar constantemente a deshacernos de este mal hábito emocional.
- Date cuenta del momento en que te insultas.
- Escucha y reconoce las palabras que estás usando y sus efectos en ti.
- Identifica de dónde viene el insulto. ¿Hay alguien que en el pasado te lo dijo?
- Respóndete: ¿de quién aprendiste las palabras que te dices?
- Reconoce si esas palabras las aprendiste de alguien cercano a ti, que tiene o tenía una influencia por su posición de autoridad sobre ti (padres, abuelos, maestros, jefes, gente, etcétera).
- Ya que has reconocido de dónde viene el insulto, cambia las palabras y la forma en la que te hablas. En lugar de decir “soy un inútil”, puedes usar: “me equivoqué”, “estoy aprendiendo, ya lo haré mejor”, “no me gusta como luzco, pero mejoraré”.
- Haz que aquellos temas que consideras defectos o aspectos dignos de insulto sean ahora motor de cambio para tu bienestar.
- Haz un plan de cambio de tus defectos o aquellas cosas que quisieras mejorar.
- Trabaja con tu autoestima y fortalécela.
- Practica el auto amor y el auto cuidado.
El autocuidado es todo lo que haces por ti misma, por ti mismo, para mejorar y/o mantener tu salud emocional. Comprende acciones cotidianas como identificar tus pensamientos positivos o negativos, descubrir tus límites y comunicarlos de forma asertiva, cuidar tu apariencia, etc. Es decir, conocerte y vivir en congruencia a lo que eres.
JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA
