0 Items
514 946 5758

Las dietas te torturan emocionalmente cuando te generan vergüenza, culpa, frustración o rechazo hacia ti misma. Estar a dieta toda la vida puede afectarte no sólo a nivel metabólico sino también psicológico.

Keto, hipocalórica, paleo, proteica, detox, alcalina, ayuno intermitente… ¿Cuántas de estas u otras dietas has intentado? ¿Cuántas veces a la semana has dicho, mañana empiezo la dieta ahora sí? ¿Te has mirado al espejo y te has dicho “debes ponerte a dieta”? ¿Cuántas veces te has sentido culpable por comer un alimento “prohibido”?  

Los modelos de belleza actuales exigen de nosotros sacrificios extraordinarios que ponen en juego nuestra salud física y también emocional. Nos sometemos a regímenes tan rigurosos que, en más de las veces, alteran no sólo nuestro metabolismo sino también el equilibrio emocional y, a la larga, resultan infructuosos y frustrantes. 

Estar a dieta, entendida ésta como un programa de pérdida de peso, que con frecuencia restringe nuestra alimentación, no sólo es un tema de imagen corporal sino también de problemáticas emocionales que subyacen: frustración, culpa, vergüenza, irritabilidad, miedo, son algunas de las emociones que se pueden experimentar cuando alguien “se la vive a dieta”.  

La vergüenza 

La nutrióloga Raquel Lobatón, una prestigiosa profesional de la alimentación que guía su práctica bajo la filosofía de HAES® (Salud en Todas las Tallas), señala que la “idea de que existe un tipo de cuerpo ideal no es más que una narrativa dominante, emitida desde las cúpulas de la industria de la moda y la belleza que tienen una estrategia mercadológica más que eficiente”. 

Considera que promueven un sentimiento de vergüenza corporal, presentándonos imágenes inalcanzables y haciéndonos sentir que nuestro cuerpo está defectuoso. Una vez que se logra esta imagen vergonzosa se ofrece un producto o servicio para “corregir” nuestra imperfección y así llegar a ese cuerpo “ideal”.  

Y si no lo logramos, seguramente la culpa será nuestra, porque no nos esforzamos lo suficiente. Así estaremos dispuestos a intentarlo de nuevo y embarcarnos en una eterna lucha por alcanzar ese cuerpo ideal que, de inicio, no tiene nada que ver con nosotros.  

La culpa  

Estando de acuerdo con ello, cada vez que iniciamos una dieta que restringe nuestros alimentos y los califica como “buenos” y “malos” nos adentramos en una lucha que va más allá de la fuerza de voluntad. Hay que vencer la vergüenza, la culpa y la frustración.  

La culpabilidad es esa emoción que experimentamos cuando creemos que hemos hecho algo inadecuado o que no está bien. Es decir, es un malestar que se genera en nosotros mismo. En la misma línea, nos sentimos arrepentidos y nos machacamos por habernos fallado. 

Muchas veces esta culpa, también la experimentamos en la comida, sobre todo cuando nos hemos saltado nuestras reglas de alimentación. Sentirse culpable después de ingerir gran abundancia de comida o ciertos alimentos, es una batalla habitual. 

Esta culpa que sentimos puede llevarnos a un trastorno de la alimentación, pues acaba con una relación saludable con la comida. Comer empieza a representar un problema para las personas que entran en el dilema entre ingerir un algo o no, no estando en paz con los alimentos.  

La culpa causada por comer puede llevar a castigos que mutan hacia algún Trastorno de la Conducta Alimentaria como la bulimia y la anorexia. Las personas se van castigando por comer, no importa ya el alimento que sea.  

Diversos estudios sugieren que la insatisfacción corporal está presente en más del 80% de las mujeres, y esta sensación de no tener el cuerpo adecuado se asocia con mayores índices de depresión, mayor incidencia de conductas alimentarias de riesgo y mayor riesgo de presentar un Trastorno de la Conducta Alimentaria. 

La frustración 

Las dietas restrictivas están diseñadas para que bajemos de peso, pero no para enseñarnos a comer o tener una buena relación con la comida y llevar un estilo de vida saludable física y mentalmente. Se baja de peso porque se deja de comer, pero suelen ser regímenes muy demandantes y con pocos resultados permanentes.  

Las variables del metabolismo, las hormonas, etc., hacen que cada cuerpo responda de manera particular y los números de la báscula no siempre coincidan con nuestras expectativas en tiempo y forma determinada, lo que a la postre suele frustrarnos. Esta frustración nos lleva a decepcionarnos de nosotros mismos, a sentirnos tristes.  

El círculo vicioso 

La comida tiene un factor emocional que a veces nos reconforta (alimentos que se asocian con celebración, reencuentros, entretenimiento, afecto), por lo que es normal que nos refugiemos en ellos ante la tristeza que nos da vernos decepcionados por no bajar de peso.  

Pero luego de comer, volvemos a sentir culpa y de la culpa frustración. Es así como se construye un círculo vicioso de “frustración y restricción” que empieza por la dieta y acaba con el atracón. 

Autodesprecio 

Estar a dieta toda la vida es un manifiesto de que no hemos conseguido nuestro objetivo, que no podemos lograr lo que otros han logrado (lo dice la publicidad de productos y programas para bajar de peso). Además de la frustración y la tristeza, la situación puede genera pérdida de la percepción de la autoeficacia y un déficit de autoestima. Lo que nos lleva a ser más extremos para cumplir el objetivo.  

En el camino no falta el impulso de autodesprecio. Los muchos insultos que nuestra cabeza propina porque somos gordos, “comemos como marranos”, “somos unos cerdos”. Igualmente se tiende hacia la auto descalificación, perdiendo así totalmente la confianza en uno mismo y nuestra capacidad de mantenernos saludables.  

Perder la confianza de ese modo puede llevar a conductas de riesgo y al abandono del autocuidado. Las personas que creen que ellas nunca podrán bajar de peso dejan de cuidar de sí mismas, se aislan y ponen en grave riesgo su salud. 

CONOCE MÁS SOBRE 

¿Cómo dejar de torturarme con las dietas? 

Lo primero que debemos hacer para dejar de torturarnos con las dietas es acudir al profesional adecuado que nos indique si realmente debemos bajar de peso, cuáles el procedimiento saludable que nos ayude y nos guie en el camino paso a paso. 

Pero también hay que hacer un trabajo de reconciliación con uno mismo. Dejarse de odiar nos llevará a dejar de castigarnos con las dietas y nos conducirá a elegir un estilo de vida bueno con nosotros mismos y efectivo.  

Algunas claves para ello son: 

  • Deja de compararte con otros cuerpos. 
  • No te envíes mensajes negativos. 
  • Repasa tus cualidades, escúchalas y acéptalas cuando te las dicen. 
  • Recuerda la influencia que tienen tus emociones en tu salud. 
  • No vivas en el “tengo que” 
  • Perdónate
  • Infórmate con profesionales sobre temas de alimentación, salud y bienestar.  
  • Reconoce tus emociones tanto cuando estás a dieta como cuando te sientes mal contigo. 
  • Aprende a gestionar la frustración.  
  • Busca apoyo en los profesionales.  

JORGE DOMÍNGUEZ | PSICOTERAPIA 

De Frente a la Vida |CONTIGO

 

Curso impartido por Jorge Domínguez.

 

La comprensión de sí mismo es un acto obligado. Tal y como aprendimos a caminar, a hablar, a comprender el entorno y su funcionamiento, así mismo es necesario comprender nuestras herramientas tanto con las que hemos nacido como aquellas que con el tiempo se han desarrollado y adquirido.

 

Conocer quién eres y como funcionas, te abre a una riqueza inimaginable para mantener tu mente, tus emociones y tus actos en congruencia, en un estado de salud continuo tanto emocional, físico y psicológico. Te convierte en una mejor versión de ti mismo y es ahí que radica tu fuerza vital.

 

Basar tu experiencia de vida y tu bienestar en la ignorancia de ti mismo te condena a los peores males de tu existir.

 

Es importante comprender que vivimos en el sótano lúgubre de una maravillosa y resplandeciente mansión. A la cual pocas veces, o tal vez nunca, hemos podido conocer sus jardines y sus extraordinarias habitaciones. Para tener acceso permanente a toda nuestra mansión, es primordial conocer nuestra ubicación y la existencia de nuestras capacidades.

 

Frente a la vida contigo es una herramienta obligada para crear una mejor versión de ti, para continuar expandiendo tu conocimiento en plenitud que desembocan en estados de felicidad continua.

 

Durante las 5 horas estaremos frente a frente con aquello que permitirá: optimizar tus relaciones tanto contigo como con aquellas personas que se encuentran en tu entorno, vivir en estados de mayor plenitud con lo que haces, piensas y sientes. Comprender tus actos, tus pensamientos y tus sentimientos. Conocer las diferentes influencias que ayudan o impiden a que obtengas lo mejor de ti.

 

Dirigido a toda persona que desee realizar una mejor versión de sí misma.

 

 

Durante el mismo horario Laura Zazueta imparte la versión infantil, para los más pequeños de la casa: de 6 a 13 años. Si tienes hijos será una experiencia maravillosa para toda la familia.

¡Es ahora tu momento!

You have Successfully Subscribed!

Suscríbete

Suscríbete

 

Recibe temas e información importante para tu crecimiento personal

¡Felicidades! ya te has inscrito