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Los cuatro jinetes del Apocalipsis que acaban con la pareja, matan el amor, el respeto y el vínculo entre ambos.

Hay un gran complejo de condiciones que definen una relación de pareja, así como su duración e, incluso, su final. Armonizar la coexistencia de dos personas, cada una con un bagaje personal diferente: historia, experiencias, vacíos emocionales, ideas y anhelos entre otras cosas, no es una tarea fácil. Por el contrario, encontrar el equilibrio de forma saludable suele ser complicado y requiere un trabajo constante entre ambos.  

Los motivos que llevan a una pareja a enfrentar problemas, de mayor o menor gravedad, son muy diversos. Van desde la convivencia cotidiana, la dificultad para conciliar horarios y pasar tiempo juntos, discrepancias en el reparto de responsabilidades (económicas, domésticas, parentales, etc.), ausencia de una escucha activa, falta de comunicación asertiva, rigidez en los modelos relacionales aprendidos, etc.  

Aunque muchos de estos temas pueden manejarse a través del desarrollo de herramientas y competencia que permitan a la pareja llegar a nuevos acuerdos y formas de coexistencia más sosegadas. La terapia de pareja puede ser de gran ayuda en muchos casos.  

Nos obstante, hay situaciones que no tienen retorno y de las cuales, difícilmente, la pareja podrá recuperarse o salir bien librada. De acuerdo con el psicólogo estadounidense, John Gottman, existe una serie de señales en el comportamiento de la pareja que, mantenidas en el tiempo, la llevarán a un inevitable rompimiento.  

Los cuatro jinetes del Apocalipsis que acaban con la pareja 

En su libro Love Lab (Laboratorio del Amor), Gottman agrupa estos comportamientos en lo que llama Los cuatro jinetes del Apocalipsis: factores que, de estar muy presentes en una relación de pareja, la dañan seriamente, e incluso pueden provocar la ruptura. Problemas que matan el amor, errores cruciales, en gran medida enfocados en la comunicación.  

1. La Crítica 

Aunque es normal no estar de acuerdo con lo que hace y dice la pareja y, a veces, tendremos ciertas quejas, le criticaremos, o señalaremos sus errores, se corre el riesgo de hacer de ello una conducta permanente. Cuando la crítica prevalece frente a los acuerdos, estamos ante a un gran problema en el interior de la relación.  

Las quejas pueden ser expresiones puntuales respecto a hechos específicos. Quejas son cosas como: Olvidaste la leche, no pagaste la luz, recoge la ropa sucia, etc. Pero una crítica es una actitud global y duradera, que ataca directamente a la esencia de la pareja. Es un ataque a la persona, no a su comportamiento. Una crítica puede ser: no puedo confiar en ti, eres un irresponsable, siempre te sales con la tuya…  

Estas son críticas destructivas que incluyen etiquetas y descalificaciones, o generalizaciones. Se suelen expresas en segunda persona (tú), con tono elevado y despectivo, con una postura corporal amenazante. Su objetivo es generar culpa y malestar en la otra persona.  

Quien recibe esas críticas en exceso puede experimentar una sensación de resentimiento que no nutre la relación, por el contrario, la daña significativamente.  

La crítica, sin embargo, no es tan grave, es sólo la puerta de entrada para los otros tres jinetes del Apocalipsis. 

2. El Desprecio 

Cuando la crítica deja de ser sutil y se vuelve beligerante, nos encontramos en las puertas del siguiente jinete del Apocalipsis: el desprecio. Se expresa a través del sarcasmo, el insulto, la burla, la ridiculización… 

Hay una evidente displicencia de uno hacia el otro, que se atiza o enciende con los pensamientos negativos que estuvieron guardados durante largo tiempo en la pareja. Es una especie de cúmulo de emociones incómodas, que se mantuvieron gracias a que no se buscaron soluciones sobre el tema en cuestión.   

El desprecio constituye una falta de respeto que incluye insultos y muecas, que se utiliza con fin de ofender e infravalorar a la otra persona. Son explícitas las consecuencias negativas que conlleva este tipo de comentarios despectivos en una relación de pareja y hace evidente su total fracaso.  

Asciende a la beligerancia cuando el desprecio se manifiesta en forma de enfado agresivo, que incluye amenazas o una provocación.  

3. Actitud Defensiva 

Frente a una crítica o desprecio, una persona puede responder con actitud defensiva o contraatacando, lo cual empeora el conflicto en la pareja. En estos casos la interacción se basa en culpabilizar y responsabilizar al otro del conflicto, lo que incrementará los sentimientos negativos entre ambos.  

Una actitud defensiva se vería en un diálogo más o menos así:  

—¿Por qué no eres más responsable con la economía familiar? 

—Porque tú tampoco eres suficientemente responsable cuando haces gastos que deberíamos planear juntos, pero nunca me tomas en cuenta.  

Cuando uno ataca y el otro se defiende, el primero se sentirá atacado de regreso, pues sentirá como si el otro lo culpase. Es muy probable que esto enrede a la pareja en un ir y venir de acusaciones y culpabilizaciones que detonarán un gran conflicto, muchas veces sin solución.  

4. El Encierro (actitud evasiva) 

Cuando la pareja vive estos tres primeros jinetes del Apocalipsis, lo más probable es que con el tiempo se acabe distanciando o ignorándose.  

Al contrario de la actitud defensiva, existen personas que intentarán evadir el conflicto, evadiendo a la pareja. Esta actitud de encierro supone una expresión de indiferencia hacia la persona que plantea una queja o críticas.  

Aunque se esté evitando la discusión, la práctica constante del encierro empeora la situación a largo plazo. Supongamos que, en lugar de responder agresivamente a un ataque, un miembro de la pareja se concentra en el teléfono celular o la computadora, ignorando al otro. Esta es una forma de huida ante lo tóxico que es ya el conflicto en la pareja.  

En realidad, lo que está sucediendo es que la pareja se puede estar protegiendo de las críticas y desprecio del otro, distanciándose emocionalmente de la relación. Ser evasivos, sin embargo, puede acentuar la rabia, resentimiento e ira, empeorando la situación.  

Los cuatro jinetes del Apocalipsis que acaban con la pareja son comportamientos altamente dañinos que, entre más se repitan en el tiempo, más probable será que la relación acabe en ruptura, pues llevan a la pareja a enredarse en una guerra continua que terminará por debilitar la relación.  

Importante será identificar estos comportamientos y transformarlos en algo más constructivo y funcional para la pareja, para lo que generalmente se requiere una guía en psicoterapia de pareja, por ejemplo.  

JORGE DOMINGUEZ | PSICOTERAPIA DE PAREJA 

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