La manipulación es cuando alguien utiliza recursos emocionales para controlar y sacar algún tipo de provecho de las demás personas. Los manipuladores son grandes actores que juegan con las emociones ajenas con tal de conseguir determinado fin.

Una persona en desventura, solitaria, sin empleo, con pocos amigos… suele ser vulnerable a la manipulación o chantaje emocional, generalmente porque su autoestima estará debilitada.

Sin embargo, todos somos susceptibles de caer en la trampa de un manipulador, o chantajista emocional, por ello es importante conocer los signos de una persona que nos usa a través de manejar nuestras emociones.

El manipulador sabe lo que la otra persona necesita y se lo da para que se enganche a ese trato agradable y satisfactorio.

¿Cómo actúan los manipuladores?

El manipulador actuará para todos, pero será mucho más fácil que pueda “conquistar” a aquellos que en su comportamiento vean satisfechas sus   expectativas emocionales. En un inicio el manipulador intentará seducir con un disfraz que cumpla necesidades y carencias afectivas de su “víctima”.

Una vez que la tenga cautivos, volteará los roles y buscará que sea el otro quien satisfaga sus necesidades (no siempre emocionales); en muchos de los casos se harán las víctimas y jugarán con el miedo que las otras personas tengan a perder aquello que, en apariencia, han logrado con su “manipulador” e incluso manejarán la culpa. Ahora las personas serán sólo instrumento del manipulador.

SIGNOS DE UN MANIPULADOR “PROFESIONAL”

1. Los manipuladores hacen que su “víctima” adivine sus necesidades, con ello causan confusión y al final el sometimiento de ésta a su voluntad.

2. El manipulador busca que todos estén de acuerdo con él, y en caso contrario culpa a las demás personas de su “tristeza” porque nadie piensa como él.

3. Cuando el manipulador se enfrenta a alguien con un carácter más fuerte, emplea recursos de presión para que el otro ceda: grita, llora, se victimiza, hasta lograr lo que quiere.

4. Si la presión no es suficiente, entonces el manipulador recurrirá a la amenaza; expondrá las cosas negativas que pueden sucederle si los demás no acceden a su petición. Es frecuente frases como “si no… me mato”.

5. El manipulador también tratará de manejar la culpa hacia el otro: “es que tú ya no me tratas como antes, ya no me quieres” —sería una frase recurrente.

6. Los manipuladores pueden confundir a sus víctimas con agresión pasiva, y de tal manera hacer sentir mal a los otros para que sientan que son culpables, que están equivocados o bien que estás “enloqueciendo”.

7. Una persona que intenta manipularte te intimidará hasta que hagas lo que quieres. Incluso te acusará de algo que no hiciste para conseguir que incluso “le pidas perdón” y sucumbas a sus deseos.

Así, a la larga, el manipulador lo único que logra es generarte emociones negativas que suelen descalificarte y demeritar tu autoestima aún más; promoviendo una relación nada saludable.

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