¿Cómo el sedentarismo afecta nuestra salud emocional? Un tema que muy pocas veces se toca porque, en general, se trata más la afectación de la  salud física relacionada a la falta de actividad que las consecuencias de ésta en el ámbito emocional y mental. Por ello no te pierdas el siguiente texto.

El sedentarismo afecta nuestra salud emocional: permanecer sentados por mucho tiempo, evitar ejercitarnos e incluso no viajar va mermando nuestra vida emocional, así como nuestra salud física. ¿Y cómo no hacerlo si estamos hechos para caminar? Tenemos una naturaleza viajera, inquieta, de búsqueda de experiencias, así que permanecer quietos evidentemente nos va a dañar.

Ser sedentario es, prácticamente, no moverse, ser pasivo frente a la vida: pero en términos más estrictos, el sedentarismo es un estilo de vida que se fundamenta en una mínima o nula práctica de ejercicio físico cotidiano que, generalmente, se vive en las grandes ciudades, por sociedades altamente tecnificadas donde todo está pensado para evitar grandes esfuerzos físicos.

Además de los probables daños físicos que las personas sedentarias pueden padecer (como obesidad, hipertensión, problemas cardíacos…), existen otro tipo de consecuencias que pocas veces se consideran al hablar de este problema que es mundial.

Por el contrario, sabemos lo importante que es el ejercicio para sentirnos bien, pues la práctica de actividad física regular ayuda a producir hormonas que ayudan a conservar el buen ánimo; incluso al viajar encontramos beneficios para nuestra salud emocional.

Según la OMS el 60% de la población mundial se encuentra en este grupo de personas sedentarias. 

¿Puede el sedentarismo ser un síntoma de algún padecimiento?

La falta de actividad regular y cotidiana puede ser causa de múltiples problemas de salud, pero también puede ser síntoma de algún padecimiento emocional. Los signos de la depresión —como la abulia— pueden evidenciar que las personas que lo sufren no quieran hacer nada, incluso moverse; no tienen fuerza ni para salir de la cama y no por ello son “flojas”, su estado metal les impide tener la motivación para “moverse”, tenderán a llevar una vida sedentaria y, en casos más graves, vivirán en aislamiento.

Y si bien existen limitaciones físicas que impiden a las personas tener más actividad que quienes no las tienen; no es necesariamente una condición para ser sedentarios. La Organización Mundial de Salud recomienda un mínimo de 30 minutos diarios de ejercicio, desde caminar o nadar hasta deportes de alto rendimiento según la salud y el gusto de cada quien.

10 puntos en cómo nos afecta el sedentarismo 

1. El sedentarismo acentúa las dolencias por contractura muscular, lo que causa irritabilidad y molestias que merman el estado de ánimo de las personas causadas por el dolor constante.
2. Los síntomas del estrés también se agravan con la falta de ejercicio regular, provocando cansancio adicional.
3. El estilo de vida sedentario va envolviendo en una rutina apática a las personas, evitándoles que puedan sentirse motivadas y menos ganas tengan, cada vez, de moverse.
4. La falta de motivación que conlleva esta manera de vivir minimiza las posibilidades de realizar esfuerzos para concretar metas y al no realizarlas nos sentiremos frustrados(as).
5. Ante la incapacidad y el desánimo generalizado puede experimentarse un cuadro de ansiedad, que no sólo merma el estado de ánimo de las personas sino incluso influye en su salud mental.
6. Si además de mantenernos estáticos, somos asiduos a la televisión especialmente; si somos aquellos que pasan horas en el sillón frente a la pantalla, entonces además de las afectaciones emocionales podremos padecer afectaciones neuronales por falta de actividad intelectual. El cerebro se va desgastando y se aumentan las posibilidades para sufrir determinadas enfermedades neurodegenerativas propias de la vejez.
7. Cuerpo y cerebro van de la mano, ya que el nivel de actividad influye en las conexiones neuronales, afectando así a nuestros procesos cognitivos como la memoria y la atención.
8. Por otro lado, las consecuencias físicas de ser sedentarios, como la obesidad, pueden afectar directamente el autoconcepto y autoestima de las personas.
9. El sedentarismo en ocasiones puede derivar en aislamiento, las personas cada vez más van reduciendo sus actividades al grado de perder contacto con otras personas.
10. El rezago en la actividad física promueve la procrastinación, hace que la falta de motivación lleve a las personas a evitar tomar decisiones que requieran, luego, acciones determinadas.

Si tú o uno de tus seres queridos están atravesando un periodo de sedentarismo enfermizo que lleve a la depresión o ansiedad, debe ser atendido de manera oportuna. Juntos podemos buscar la solución. JORGE DOMÍNGUEZ>> 

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