Estas 10 claves para dejar de procrastinar te servirán para poder afrontar con perseverancia tus responsabilidades y dejar de vivir las consecuencias de tus demoras.
¿Eres de los que dejas todo para después o, por el contrario, eres perseverante para cumplir con tus compromisos y metas?
Hoy con mayor frecuencia encontramos distracciones y motivos para retardar la realización de nuestras tareas cotidianas: un maratón de series en streaming, revisar todas nuestras redes sociales, una salida espontánea o simplemente un ¡ya lo haré después!
Este mal hábito tiene un nombre: procrastinación. Y sus consecuencias son demoras en el cumplimiento de objetivos y metas, frustración, desmotivación e, incluso, llamadas de atención en la escuela o el trabajo por no cumplir con nuestros deberes.
¿Qué es la procrastinación?
Procrastinar significa posponer o aplazar tareas, deberes y responsabilidades por otras actividades que nos resultan más gratificantes pero que son irrelevantes. Cuando procrastinamos, no solo estamos conscientes de que estamos evadiendo la tarea en cuestión, sino también de que hacerlo es una mala idea y, aun así, lo hacemos.
Y es que la procrastinación no es una simple flojera, es una forma de evadir una acción o una decisión que debemos tomar, realizando otras actividades como refugio, con el fin de no enfrentar la responsabilidad correspondiente.
De acuerdo con Tim Pychyl, un profesor de psicología, miembro del Grupo de Investigación sobre Procrastinación en la Universidad Carleton en Ottawa, Canadá, la procrastinación es un problema de regulación de emociones, no una mala gestión del tiempo.
Al respecto señala que la procrastinación no es un defecto del carácter, sino que es una manera de enfrentar las emociones desafiantes y estados de ánimo negativos generados por ciertas tareas: aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, resentimiento…
Las implicaciones que subyacen en la procrastinación pueden ser complicadas, y tener consecuencias que incluso llegan a condiciones como el estrés crónico, la ansiedad o la depresión; sin embargo, también hay estrategias que nos pueden ayudar a afrontar la postergación de nuestras responsabilidades.
10 Claves para dejar de procrastinar
- Regla de los dos minutos. Si estás planificando una acción que se puede hacer en menos de dos minutos, no la planifiques, ¡hazla ya!
- Un primer paso. Si temes a una tarea, plantéate iniciarla y continuarla cinco minutos y luego dejarla. Una vez que la has iniciado el miedo se desvanecerá. El primer paso vence la resistencia.
- Sigue una rutina. Si conviertes la tareas repetitivas y aburridas en rutinas, terminarás haciéndolas sin apenas esfuerzo.
- Toma decisiones. Deja de aplazar y dedica unos minutos para aclarar qué significa realmente esa tarea que estás postergando y toma una decisión al respecto.
- Aprende a decir No. Muchas veces procrastinamos porque hemos aceptado tareas que no deseamos hacer o no sabemos cómo hacerlas, pero no supimos decir que no.
- Divide un gran trabajo en pequeñas tareas. Un proyecto grande y complejo puede resultar abrumador. Al dividirlo en pequeñas tareas consigues ver claro el camino y la resistencia a enfrentarte a él disminuye.
- Hazlo público. Comparte esa tarea que tienes que hacer con tus amigos, familia y redes sociales. Ello te ayudará a cobrar responsabilidad sobre tu proyecto, pero también podrás pedir ayuda a tus amigos para que te motiven o acompañen en el proceso.
- Revisa tus objetivos. Cuando una tarea es importante para lograr un objetivo tener siempre presente esa meta debería ayudarte a no procrastinar.
- Evita las distracciones. Cuantas más tentaciones tengas para hacer otra cosa en vez de lo que tienes que hacer, más fácil será procrastinar.
- Trabaja en tus emociones. Analiza aquellas causas que te llevan a postergar y qué emociones te producen. Trabaja con la gestión de las emociones a través de herramientas de inteligencia emocional.
